
Te levantas muy temprano, haces una lista de tareas en la que escribes todo lo que consideras importante, enciendes la computadora y… no pasa nada. Al final del día te sientes estancado porque no terminas de enfocarte en lo importante.

Conoces bien cómo funciona la planificación y te esfuerzas todos los días en trazar un plan que funcione para ti y tus objetivos. Sin embargo, sientes que aunque hagas todo bien no terminas de despegar. Hay algo que afecta el proceso y no sabes qué es.

Sabes lo que quieres, te sientes enfocado, creaste una planificación, te levantas temprano a trabajar pero por alguna razón no das el paso más importante: tomar acción. Aquí es donde el 99% de las buenas ideas mueren y los grandes resultados nunca pasan.